Veo las caja de metal con muertos que pasan por delante de mí, enquanto acabo de comer mi plum-cake tiernecito.
El otro, frente a mí, bebe su café, sorbito a sorbito, tranquilamente...Me siento y espero. Me dan un sobre con un tumor dentro y me lo llevo. Bebo un trago de agua. Llevo mi sobre en el bolso, al lado de las galletas, de la barra de labios y del móvil. Mi sentencia de vida y de muerte cabe en un A5. Decido mandarlo por correo, para el extranjero, para el norte, para el sur o para cualquier lugar desconocido.
¿Como consigo todavía respirar?
¿Como consigo todavía respirar?
Ante lo inhumano paralizo. Ante la ironía desaparezco.
Sem comentários:
Enviar um comentário
Nota: só um membro deste blogue pode publicar um comentário.